Este domingo se conmemoró a nivel mundial el Día Internacional de la Mujer y, en México, más que celebrar, es de preocupar. En nuestro país se han hecho esfuerzos por décadas para reconocer el espacio al que las mujeres tenemos derecho; exactamente el mismo espacio al que tienen derecho los hombres, pero a pesar de todos los esfuerzos, los avances son pocos.
México no tiene fiscalías especiales para hombres, ni existe Instituto del Hombre, menos aún oficinas de atención especializadas para hombres maltratados, acosados o víctimas de abuso y, aunque hechos de este tipo se dan de manera muy esporádica, esto es muestra no de la desigualdad para con los hombres, sino del descuido y el maltrato que una sociedad como la mexicana le profiere a la mujer en prácticamente todos sus ámbitos.
Somos miles de personas las que procuramos promover una educación en igualdad, con respeto a hombres y mujeres, independientemente de cualquier condición social en la que vivan, sean indígenas, obreras, taxistas, vendedoras ambulantes, madres solteras, amas de casa, etcétera, pero hasta el día de hoy México sigue arrastrando resabios de una cultura machista o sexista que se tiene que eliminar de manera paulatina.
Ejemplos tenemos muchos, cada día aparecen nuevos casos, el más reciente, el abuso cometido por el alcalde de San Blas, Hilario Ramírez Villanueva, quien levantó la falda a una joven mujer cuando bailaba con ella al celebrar el funcionario el día de su cumpleaños. Ha sido un hecho indignante, intolerable y que muestra el abuso que puede cometer un hombre contra una mujer y que pretende dejarlo en un nivel de broma, de ocurrencia y de disculpa para dar por zanjado este tema.
No. Definitivamente no. No vamos a permitir que un funcionario público como este alcalde quede impune, más allá de la condena social. De manera oportuna la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se pronunció este sábado en torno a esta caso y aclaró con oportunidad que el alcalde violó tratados nacionales e internacionales en materia de respeto a las mujeres. Esperamos que las autoridades apliquen las sanciones correspondientes.
Casos de este tipo no son aislados. El año pasado de manera constante conocimos de casos de mujeres embarazadas que no recibieron atención médica adecuada, que dieron a luz a plena calle o en el baño público en un hospital; nos enteramos de casos de feminicidios y maltrato a las mujeres, pero, peor aún, consumimos cientos de miles de contenidos en donde a la mujer se le subestima, se le menosprecia o se le maltrata.
La tarea por construir una sociedad en donde se reconozca y respete de manera plena los derechos de las mujeres tiene que continuar, pero con la participación de todos. Se tiene que construir desde el hogar, en las escuelas o en la comunidad, la idea y los valores del respeto al otro, sea hombre o mujer. Todos tenemos algo que aportar en el reconocimiento a las mujeres.
Un estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) señala que es en el hogar en donde los padres de familia o tutores inculcan roles pre-destinados a los hijos y, a partir de ahí, definen las carreras o las profesiones a las que se dedicarán, sin embargo, se requiere de una mejor orientación y de una educación en valores y respeto.
Este fin de semana se reunieron un grupo de mujeres con liderazgos políticos importantes en el país, ahí se dejó muy claro un mensaje: ya es momento que las mujeres entren por la puerta que ellas mismas han podido abrir y que dejen de entrar por la ventana. Estoy completamente de acuerdo. Las mujeres seguiremos impulsando el respeto a sus derechos y exigiendo que se les dé el lugar que les corresponde.
Esta no es una concesión graciosa para ellas ni este 8 de marzo ha sido un día para celebrar, es un día para recordar que como sociedad, aún tenemos un gran pendiente que atender.
Por: Lucy Pérez Camarena / Foto: Karen Martínez.
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